Pues ahí seguimos. Otro partido menos para el final de liga y la Unión Deportiva Puertollano sigue en puestos de play off. Como dice la canción del añorado Chanquete de “Verano Azul” cuando le quieren quitar su barco “No nos moverán”.
Cada semana parece más difícil mantenerse en los puestos de honor. El Domingo pasado se unió el Orense (que hoy ha vuelto a ganar, esta vez en Leganés), a los ya conocidos perseguidores del equipo azul de Sánchez de la Nieta. Hoy la victoria era crucial para mantener el cuarto puesto, y los tres puntos han viajado para Puertollano.
Parece que a los jugadores azules les va la marcha. Dejan a sus perseguidores que se acerquen y cuando los ven por el retrovisor vuelven a pegar un acelerón para no dejarse cazar. Como si sólo apretaran cuando ven el peligro realmente cerca. De la Nieta al termino del partido fue claro en ese sentido: “Ojala ganáramos siempre que estuviéramos en estas situaciones límite”.

Hoy hemos vuelto a ver al Puertollano que todo aficionado quiere. El que gana y el que juega. Sobre todo en la primera mitad, donde sin exagerar el marcador podría haber sido de un claro 1-3 y no hubiese escandalizado a nadie. De hecho, un aficionado de Madrid que había visto al equipo en Cobeña y había salido un poco desencantado con lo que vio allí (como todos supongo) me decía: “Hoy si. Hoy si he visto al equipo que me decían que era el Puertollano. La primera parte es digna de mención”.
Hemos visto entre cosas, marcar a Dupi. El madrileño lo necesitaba, después de unas semanas por debajo de su nivel en las que incluso había sido sustituido por De la Nieta en varios partidos. Su gol de volea con la derecha que empataba el partido lo celebró como si hubiera sido el primer gol de su vida deportiva, o como si ese gol diera un titulo o un ascenso a los industriales. No era para menos. Cuando vas por debajo en el marcador, es importantísimo empatar cuanto antes. Pasó el dia del Ferrrol cuando Richard tardó sólo 4 minutos en nivelar la contienda y ha vuelto a pasar hoy con Dupi, aunque en este caso han sido 6 minutos. No hay que dar demasida ventaja al rival, sobre todo si es un rival directo. Volviendo a Dupi, se vio una mejora en su juego, aunque todos esperamos su mejor nivel de cara al final de temporada. Tranquilos, lo alcanzará. Hoy ha comenzado su recuperación con ese gol que le ha cargado de una moral, que últimamente estaba un poco baja.

Otro que se ha reencontrado con el gol (aunque haya sido de penalti) y que ha significado el gol de la victoria del puerto, ha sido Esparza. Hoy no ha habido disputas en el lanzamiento. Andrés ya no estaba en el campo y no había dudas de quién debía lanzar. A modo de anécdota puedo contar que el mister le comentó al final del partido “¿Qué pasa, estabas acojonado en el lanzamiento?” A lo que Esparza le contestó “¿Yo? Tiro tres más como ese si hace falta”. Eso demuestra la confianza de este equipo en sus posibilidades. Y eso que Rafa, el portero local hizo todo lo posible para desestabilizar al jugador del Puertollano. Estuvo tras él intimidándole, todo el tiempo que estuvieron atendiendo a Conget.

Conget, otro que apareció en el momento clave del partido. Lo estaba viendo luchador, pero sin llegar a salirle las cosas. Recordemos la ocasión que le sacó el portero del Fuenlabrada en la primera mitad. No estaba siendo el jugador que encandiló a la afición cuando llegó. Está claro que el máximo nivel no se puede mantener toda la temporada. Todos tienen altibajos. Pero hoy, cuando estaba calentando Borrell en la banda, pensaba que Conget se iba al banquillo para dar entrada al catalán. Me equivoqué, y menos mal que lo hice. Tan sólo unos minutos antes estaba diciendo a mi compañero Fernando Romero, que Conget no estaba fino. Me calló la boca en la siguiente jugada. Internada por su banda, inclusión en el área, patada, al suelo …..y penalti. Aún con esa jugada, lo pongo en el club de Dupi. Espero su mejor nivel, cuando entremos en el tramo final.

Por cierto, jugó Rojas y lo hizo bien. Casi ataja el penalti que le lanzó Arroyo (1-0) y en las demás ocasiones actuó sin problemas y con total seguridad. Ruiz Caba estaba en las gradas de la que fue su casa. Con él estaba Juli (que no pierde oportunidad de ver a su equipo cuando juega en tierras madrileñas) y estaba también Gustavo, que fue el descartado por el mister. La afición ha vuelto a demostrar que le quiere. Al término del encuentro muchos se han hecho fotos con el bravo lateral. Debería volver a tener su oportunidad.

No quisiera terminar sin denunciar el hecho de la “Chapela Rota”. Al marcar Esparza el 1-2 un miembro de la peña “Los Chapelas” lanzó la suya al césped. Cayó en manos de quien no debía (un jugador local), que ni corto ni perezoso la rompió y la lanzó detrás del banquillo visitante. Gesto feo en un partido que no tuvo ningún accidente.

Mientras tanto y mientras nadie pueda demostrar lo contrario podemos seguir cantando eso de “No, no, no nos moverán”